Análisis de las características del procesamiento de termoformado de plásticos
Gran adaptabilidad
El termoformado de plástico ofrece una flexibilidad excepcional para fabricar productos de distintos tamaños, grosores y formas. La materia prima, normalmente láminas o películas, puede ser tan fina como 1-2 mm, o incluso más fina, mientras que los productos finales pueden variar considerablemente de tamaño. Por ejemplo, la superficie de los artículos termoformados puede variar desde unos pocos milímetros cuadrados hasta más de 10 metros cuadrados, dando cabida tanto a estructuras ultrapequeñas como extremadamente grandes. El grosor de las paredes también varía, llegando a 20 mm o a 0,1 mm, como en el caso de los envases de paredes finas utilizados para comprimidos individuales. La mayoría de los artículos termoformados son estructuras semicarenadas, a menudo con formas cóncavas o convexas, con ciertas limitaciones de profundidad. Normalmente, la materia prima tiene un grosor de 0,5-2 mm, y el producto final es aún más fino, con productos especiales de pared delgada que tienen un grosor de sólo 0,05 mm.
Amplia gama de aplicaciones
La versatilidad del termoformado extiende su aplicación a una amplia variedad de industrias y productos. Desde envases farmacéuticos como blísteres hasta artículos a gran escala como revestimientos de frigoríficos e incluso cubiertas de aviones, el termoformado demuestra ser un método práctico y eficaz. Entre los productos termoformados más comunes se encuentran tazas, platos, artículos domésticos, equipos médicos, accesorios electrónicos, carcasas de radio y televisión, paneles publicitarios, bañeras, juguetes, cascos y envases de embalaje. Además, se utiliza en la fabricación de componentes de automoción, materiales de construcción, equipos químicos, cúpulas de radar y cubiertas aeroespaciales, lo que demuestra su gran potencial en múltiples sectores.
Equipos y moldes rentables
El termoformado destaca por sus bajos costes de inversión. El equipo es relativamente sencillo y funciona a baja presión, lo que reduce los gastos generales de los sistemas de presión. Además, los moldes de termoformado son sencillos y económicos de fabricar. Pueden fabricarse con materiales baratos como acero, aluminio, plástico o materiales compuestos como el yeso. Estos moldes son fáciles de producir y modificar, con unos costes estimados en sólo 10% de los costes de los moldes de inyección. La rápida adaptabilidad de los diseños de los moldes también hace que el termoformado sea ideal para la producción de lotes pequeños, lo que aumenta significativamente su rentabilidad.
Alta eficiencia de producción y aprovechamiento de residuos
El termoconformado permite una alta eficiencia de producción, especialmente cuando se utilizan moldes multicavidad, alcanzando producciones de cientos de unidades por minuto. Además, fomenta la conservación de recursos mediante la reutilización de materiales de desecho. La mayoría de los métodos de termoformado generan material sobrante durante la producción, como 50% o más de desechos de productos circulares o alrededor de 25% de artículos rectangulares. Estos desechos pueden reciclarse y mezclarse con nuevos materiales para minimizar los residuos y maximizar la eficiencia de los recursos, lo que aumenta las ventajas económicas y medioambientales del proceso.